Los fantastibulosos mundos de Roald Dahl || #hijodeletras





TĆ­tulo original: The Gloriumptious Worlds of Roald Dahl
Ediciones Urano
Sello Uranito
Encuadernación: Tapa dura
Nº de pÔginas: 64 pÔgs.
ISBN: 9788416773206


 (Llandaff, 1916 - Oxford, 1990) Escritor britĆ”nico conocido especialmente como autor de narraciones infantiles y juveniles, pese a que su producción para adultos fue tambiĆ©n de destacable calidad. Muchos de sus relatos se han convertido en pelĆ­culas de gran Ć©xito internacional. Su padre, de origen noruego, murió cuando el futuro escritor sólo tenĆ­a tres aƱos. Esta desaparición dejó en apuros económicos a la familia, que hubo de trasladarse a una casa mĆ”s pequeƱa. La madre prefirió seguir viviendo en Inglaterra antes que regresar a Noruega, cumpliendo con ello el deseo de su marido de educar a sus hijos en escuelas britĆ”nicas.
Fue precisamente la estricta educación inglesa, que incluía fuertes castigos, lo que menos agradaba al pequeño Roald. Sus momentos mÔs felices los vivía en verano, cuando viajaba con su madre y sus hermanos a Noruega. No brilló especialmente en sus estudios, aunque destacó en actividades deportivas como el boxeo.
MĆ”s interesado por la acción y la aventura que por el esfuerzo intelectual, al cumplir los dieciocho aƱos se hizo explorador, en lugar de matricularse en la Universidad, como querĆ­a su madre. Luego trabajó como vendedor hasta que, a los veintitrĆ©s aƱos de edad, se alistó como aviador para luchar en la Segunda Guerra Mundial, y sirvió en las Fuerzas AĆ©reas Reales en Libia, Grecia y Siria. En las campaƱas del continente africano su avión fue alcanzado en varias ocasiones por los disparos del enemigo, y en una ocasión llegó a ser derribado. Dahl salvó la vida de milagro, aunque tenĆ­a heridas tan graves que fue enviado a casa.
Su primera recopilación de relatos (Over to You; 10 Stories of Flyers and Flying, 1946) evocaría los horrores vividos en la guerra. Recuperado de sus heridas, en 1942 fue destinado a Washington como experto en asuntos de aviación de guerra; hasta 1945 trabajó para la Seguridad britÔnica en Estados Unidos. Fue allí donde empezó a hacerse famoso como escritor, al ponerse a narrar en periódicos y revistas su visión de la guerra.
Dahl alternó tempranamente estas ocupaciones con su dedicación a la literatura infantil y juvenil, que se intensificarĆ­a a partir de la dĆ©cada de los sesenta. Casado en 1953, fue padre de cuatro hijos a los que acostumbraba a contar cuentos que a menudo se convertĆ­an en novelas. Su primer libro para niƱos habia sido Los gremmlins (1943). Pronto obtuvo grandes Ć©xitos con tĆ­tulos como James y el melocotón gigante (1961) y Charlie y la fĆ”brica de chocolate (1964).
Por esa época sufrió también graves reveses: vio morir a su pequeña hija Olivia en 1962, y, tres años después, su esposa Patricia Neal sufrió una peligrosa enfermedad que estuvo a punto de dejarla ciega e invÔlida. Para colmo de males, su hijo Theo sufrió un grave accidente de carretera que le causó daños en el cerebro cuando sólo tenía tres años. Dahl pasó muchos meses trabajando en una vÔlvula especial que servía para sacar líquidos de la cabeza de su hijo y permitía a éste vivir con normalidad, sin tener que permanecer conectado a una mÔquina.
A pesar de estas desgracias, Dahl logró salir adelante y continuó escribiendo obras que le hacĆ­an cada vez mĆ”s famoso en todo el mundo. Con Matilda, uno de sus Ćŗltimos libros (convertido tambiĆ©n en pelĆ­cula de gran Ć©xito), batió todos los records de ventas. No hay que olvidar, sin embargo, la importancia de su narrativa para adultos, en la que cultivó variados gĆ©neros. TambiĆ©n fueron frecuentes sus colaboraciones con el cine; escribió, entre otros muchos, varios guiones para la serie de pelĆ­culas de James Bond.
¡Hola, mestizos! DespuĆ©s de mucho tiempo vuelvo a ustedes con esta reseƱa. Las razones de mi ausencia han sido varias: mi semestre estuvo muy ajetreado y el tiempo que podĆ­a dedicar a reseƱar lo dedicaba a escribir ensayos y realizar las lecturas obligatorias, ademĆ”s, la latpop que usaba para escribir lamentablemente se ha estropeado y hasta ahora he conseguido una nueva.

Les pido una disculpa por dejarlos sin reseƱas, pero les aseguro que se vienen cambios muy buenos para el blog y recomendaciones que no los dejarƔn indiferentes, como Ʃsta.

CrƩditos: Book's Minion.
Los fantastibulosos mundos de Roald Dahl es una compilación de los mejores cuentos e historias del escritor britÔnico acompañadas de hermosas y coloridas ilustraciones a acuarela de Quentin Blake. Lo primero que llama la atención es el formato en que se cuentan las historias: hay notas, fragmentos de cartas, trozos de diarios, letreros, boletines y demÔs recursos grÔficos que hacen llevadera y aún mÔs mÔgica la lectura de estos grandes clÔsicos infantiles.

Sobre las ilustraciones, el estilo de acuarela de Blake concuerda perfectamente con el ambiente infantil en el que se desarrollan las creaciones de Roald Dahl y, junto con la tipografĆ­a, hacen de esta lectura una experiencia envolvente y visualmente placentera.
Asimismo, la selección de cuentos es muy acertada. Las historias aquí insertas son las mÔs emblemÔticas del autor, mismas que ya estÔn en la memoria colectiva y que son grandes referentes en la cultura al ser trasladados al cine.

Sin duda alguna, este fantĆ”stico libro me dejó con un grato sabor de boca porque me adentró a la producción de Dahl en un viaje de colores y de imaginación que me recordó lo mĆ”s grato de la infancia. Sin duda es un triunfo para aquellos lectores aficionados a la literatura fantĆ”stica y que quieren sentir un tierno golpe de nostalgia.
Espero que se den una oportunidad con esta lectura y nos estemos leyendo en el futuro. Muchas gracias por pasarse y ¡saludos con Hermes!    










1 Comments

  1. Vaya, me parece un libro muy completo y la edición parece una maravilla, aún así creo que es algo corto...Interesante reseña ;)

    ResponderEliminar

¡Gracias por comentar!
Regreso todos los comentarios :), solo pido un poco de paciencia por los dĆ­as de clases.
Recuerda comentar con respeto y sinceridad. Nada es mƔs valioso para los dioses que un comentario con buena ortografƭa.

¡Saludos con Hermes!