SINOPSIS:
Solo los más jóvenes pueden resistir el empuje arrollador de tetra, una droga nueva, peligrosa y adictiva que proporciona nueve minutos de fuerza y velocidad sobrehumanas. Alana West ha sido entrenada para utilizar la droga y perseguir a los jóvenes criminales que abusan de su poder, criminales como el bólido que estuvo a punto de matar a su hermano menor.Alana es imparable cuando toma tetra. El ímpetu que proporciona le permite recorrer Nueva York en busca de bólidos e impedir que dejen a su paso más muertos y heridos. Pero Alana pronto cumplirá dieciocho años, demasiados para seguir tomando tetra; a esa edad una nueva dosis podría ser mortal. Apoyada por Tucker, su fuerte y firme instructor, Alana trabaja clandestinamente y se infiltra en un grupo privilegiado de bólidos para localizar el origen de la droga y acabar con el tráfico. Pero la joven queda atrapada en el lado equivocado de la ley y entonces se da cuenta de que los bólidos no son exactamente lo que parecen, sobre todo Ethan, el joven artista cuyos insondables ojos castaños parecen ver la verdad que hay dentro de la joven. Y conforme crece su dependencia de la droga, Alana debe decidir en qué bando está antes de que acaben los efectos. Para siempre.
¡Hola, mestizos! La velocidad de la noche es una novela a la que tenía muy poca fe al principio, y conforme fueron pasando las páginas, la historia se redimió y me fue dejando a su paso muy gratas sorpresas. Como bien dice la sinopsis —muy buen trabajo de la editorial, por cierto—, la historia se centra en Alana, una joven que consume una droga como runner para atrapar delincuentes. Sin embargo, su misión siempre ha sido atrapar a quien dejó lisiado a su hermano. Para ello, se cuela con un grupo de criminales, los bólidos, con quienes forma lealtades y quienes le hacen cuestionar sus verdaderos ideales a la par que busca limpiar su nombre (ya que fue inculpada de un asesinato).
Sí, la historia suena a un caos. Porque pasan un montón de cosas y de cliffhangers, pero el caos está muy bien estructurado, contado y ejecutado. Es de esas historias que no puedes dejar de leer. Es un gran acierto que esté contada en primera persona, pues Alana tiene muchas agallas (es muy badass) al estilo de Tris, Katniss, etc… Hay escenas de acción que literalmente son adrenalina pura; me dejaron desbocado al leerlas y al estar ambientado en Nueva York, el vértigo fue inmenso.
Además, el mundo creado por Chris Howard es muy original: una droga que proporciona nueve minutos de velocidad y fuerza descomunales, grupos de buenos y malos en los que no se sabe quién es quién y una atmósfera que siempre te deja en suspenso. La idea de este «superpoder» está excelentemente desarrollada, ya que la voz narrativa lo detalla de una manera muy precisa con su síndrome de abstinencia y sus efectos colaterales. Me pareció verosímil, no tan alejado de lo que pudiera pasar en un futuro cercano.
Aunado a estos tintes de thriller y de novela distópica, también tiene sus tintes de romance/triángulo amoroso, aunque no tan acentuado. Las dosis de romance son las adecuadas para que no se ralentice la historia, pero cuando ocurren se sienten naturales, con un desarrollo correcto.
Asimismo, otra cosa que amé fue la prosa de Howard. Es una prosa vibrante, llena de tensión, dramatismo y acción, con líneas incisivas que narran todo un escenario a la perfección, haciéndote sentir como en un videojuego. La velocidad de la noche, por lo tanto, es una novela donde la narrativa, el universo y los personajes encajan a la perfección.
Otro punto que amé fue el trasfondo político. Las relaciones de poder, de cómo los gobernantes usan a su fuerza joven, están patentes en la novela, y la forma en que se forjan las tensiones y se solucionan no están forzadas en ningún momento. ¡Me recordó a la sensación de cuando leía las mejores distopías!
Finalmente, no me queda nada más que recomendarles esta joya de historia. Fue una total aventura recorrer Nueva York con esta protagonista tan fuerte y decidida, en una atmósfera llena de adrenalina que me produjo muchas sorpresas en sus trabajadas escenas. Este mundo tan original de Chris Howard merece ser descubierto por muchos más lectores, pues es notorio todo el esfuerzo que hay detrás de su creación. Espero que le den una oportunidad a esta ruta tan adictiva de Alana por los lares de Nueva York. ¡Saludos con Hermes!
1 Comments
Hum, no sé, no sé, tiene cosas interesantes, pero la trama no termina de parecerme atractiva. Lo pensaré.
ResponderEliminar¡Gracias por comentar!
Regreso todos los comentarios :), solo pido un poco de paciencia por los días de clases.
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¡Saludos con Hermes!