“Recuerda lo que valga la pena recordar. Ignora el resto.”
Título: El profesor
Autor: John Katzenbach
Editorial: Punto de lectura.
Páginas: 450
Precio$180
Adrian
Thomas es un profesor universitario retirado al que acaban de
diagnosticarle demencia degenerativa, lo cual le hará perder la memoria y
todas sus facultades mentales de forma irreversible y lo llevará pronto
a la muerte. Completamente solo, desconsolado, cree que su única opción
es quitarse la vida.
Pero al salir del consultorio médico, el profesor es testigo del
secuestro de Jennifer Riggins, una adolescente de dieciséis años que ha
intentado escapar de casa varias veces, por lo que en un principio su
familia y la policía no sospechan que su desaparición se deba a un acto
criminal.
Para darle un sentido al final de su vida, el profesor Thomas decide
encontrar a Jennifer a toda costa, por lo que inicia una investigación
en contra del tiempo: sabe que cada minuto que pasa la joven corre
peligro y a él se le acaban los pocos momentos de lucidez. Así, se
sumerge en el oscuro mundo de la pornografía ilegal por internet y se
enfrenta a un mundo perverso que pone en juego sus certezas y
conocimientos.
Es hijo del conocido
abogado estadounidense Nicholas Katzenbach. Fue periodista hasta el año
1987, cuando decidió dedicarse por completo a la tarea de escritor.
Ha
trabajado como cronista para The Miami Herald y Miami News y ha sido
colaborador, entre otras, de publicaciones periódicas como The New York Times, The Washington Post y The Philadelphia Enquirer.
Ha publicado once
novelas, todas grandes éxitos de venta, y algunas han sido adaptadas al
cine: Juicio final, protagonizada por Sean Connery y Lawrence Fishburne,
Al calor del verano, con la participación de Kurt Russell y Andy Garcia
y La guerra de Hart con Bruce Willis y Colin Farrell. Su novela El
Psicoanalista, publicada en 2002, es su libro más popular, aunque todos
sus libros se han instalado como referentes del thriller psicológico.
Suma de Letras publicó en 2008 Un asunto pendiente, de impresionante
éxito en castellano.
Según el propio autor,
sólo lo externo lo define como un hombre normal: le gusta la vida en
familia, tiene dos hijos, un perro y le gusta pescar. Pero su paisaje
interior está repleto de aventuras y conflictos.
Este verano me he
propuesto la meta de leer los libros que pueda de John Katzenbach, puesto que
las obras que he leído hasta el momento (la historia del loco y el
psicoanalista), me han dejado con un excelente sabor de boca, así que adquirí “el
profesor” y “un asunto pendiente”.
El profesor es una
historia que toma lugar cuando Adrian—un profesor retirado—, observa el
secuestro de una joven llamada Jennifer Riggins. La vida de este personaje
pende de un hilo al ser diagnosticado de demencia degenerativa, sin embargo, el
suceso del secuestro de la joven le da una oportunidad para seguir viviendo; él
tiene en sus manos el destino de ella, de eso está más que convencido.
¿Qué peligro corre
Jennifer Riggins? Es secuestrada por Michael y Linda, una pareja dedicada a
crear “series” para su página de internet llamada whatcomesnext.com, dedicada a
satisfacer a la audiencia con la
víctima—completamente aislada de su realidad y destinada a hacer cualquier cosa
que se le pida—.
Adrian, en cooperación
con la detective Terri Collins y un delincuente sexual, tratarán de encontrar
las pistas que los lleven hacia la desaparecida.
Al principio, empecé
este libro con muchas ganas, con el presentimiento de que el estilo de este
escritor me mantendría pegado a las páginas, cosa que no sucedió. Verán, la
idea es buenísima, pero no se explota como tal. El ambiente no logra comunicar
la desesperación de los personajes, por lo que decir que este libro es un
thriller sería un error. Nada que ver con la forma en que me comunicaba el
terror en el psicoanalista o la historia del
loco; he ahí su principal error.
Los personajes no están
tan mal construidos, pero tardaron en convencerme. Tenemos a Adrian, el
principal, quien está convencido de encontrar a Jennifer por cualquier medio.
Además de padecer ese síndrome, está solo en este mundo; su hijo, esposa y
hermano están muertos, aunque se le aparezcan en diversas situaciones. Adrian
Thomas no me convenció porque se mostró muy apagado a lo largo de la historia;
no tuvo movimiento, salvo al final. Que se tratara de sus familiares en el
libro fue bueno, aunque a veces la trama se iba desviando hacia ellos.
La narración tampoco me
convenció; era muy repetitiva en las descripciones de los personajes, no
transmitía, en pocas palabras.
Lo que no me gustó:
La narración, el desarrollo
de la trama—que no avanza—, las
descripciones y la falta de movimiento de los protagonistas.
Lo que me gustó:
La enseñanza de este libro
es muy inspiradora: nos habla de las hazañas que podemos fraguar incluso cuando
ya hemos perdido la esperanza de vivir. La idea, a pesar de que no se
desarrolló a mi gusto, es muy buena: nos adentra al cómo se vive el mundo de la
pornografía en internet. Los capítulos se van alternando y son cortos, por lo
que aligeran esa sensación de que no avanza nada. Me gustó el hecho de entrar
en la mente de los villanos y ver cómo era su forma de pensar sobre lo que
estaban haciendo.
El final, aunque predecible, tuvo una acción
respetable y el epílogo me dejó anonadado porque no lo esperaba en absoluto.
En conclusión, si quieren ver con sus propios ojos cómo es el oscuro mundo de la pornografía en internet con una idea fresca o la fortaleza de una persona que ha perdido casi todas las esperanzas, este es su libro. Pero si buscan acción y un buen thriller, no lo encontrarán en el profesor.
2 Comments
¡Hola! ^^
ResponderEliminarLa verdad es que no me llama el libro :S Me ha gustado tu reseña, por como dices que, pese a que te gusta el autor, este no ha sido su mejor libro. Definitivamente lo dejaré pasar.
¡Un besazo!
Hola! Tiene buena pinta y parece interesante así que me lo apunto. Gracias por la reseña, besos!
ResponderEliminar¡Gracias por comentar!
Regreso todos los comentarios :), solo pido un poco de paciencia por los días de clases.
Recuerda comentar con respeto y sinceridad. Nada es más valioso para los dioses que un comentario con buena ortografía.
¡Saludos con Hermes!