¡Hola, mestizos! Bienvenidos a una nueva reseña de este blog. Este libro es muy especial en muchos sentidos, en su estilo, sobre todo. La forma en que llegó a mí fue por medio de la editorial con la que colaboro, la cual permite que cada cumpleaños elija un libro de regalo y éste fue el regalo de mi cumpleaños número 21 (¿O 20?). Lo he leído un total de tres veces —y tras esta tercera lectura es que me siento realmente preparado para contarles mi experiencia.
¿Estamos okey? está contada por Marin, la protagonista, en presente y pasado. Trata sobre el duelo, con un tono muy melancólico, tras perder a su abuelo. Después de su muerte se va lejos de California, hasta una universidad en Nueva York, mientras se prepara para contarle la verdad a su mejor amiga, Mabel, sobre aquellos tristes y desgarradores sucesos que la convirtieron en una chica muy diferente.
Como les decía al principio, es una lectura con un estilo muy marcado. Un estilo sublime, cargado de poesía, sutileza y de una nostalgia que te rompe en cada sentencia. La habilidad de LaCour de recrear sentimientos con apenas un par de palabras es sobrecogedor. Desde el inicio hasta el final fue un continuo suspirar por tanta belleza, fragilidad y melancolía que salía de su pluma. La voz de Marin me resultó fresca, así como demoledora. Porque no solo narra lo que fue de ella, sino también lo que fue de su mundo y cómo a partir de entonces lo ve roto.
El cielo de invierno es gris brillante y nítido. Afuera de la ventana, veo un ave que se acerca y se va, una rama delgada se quiebra y cae. Debí haber ido con ella.
La ambientación de la novela es exquisita. El mar de California y el invierno de Nueva York me engulleron por completo con sus atmósferas y con todo lo que evocaban: calma, nostalgia y hogar. Ver esos lugares a través de la óptica de Marin fue toda una experiencia que nunca olvidaré.
Asimismo, a pesar de la brevedad del libro, me encantaron las relaciones con los personajes. Amé la conexión entre Marin y su abuelo, entre ella y Mabel y los padres de ésta. Me resultaron tan humanas que los personajes parecían salir de las páginas. Puedo decir que gran parte del libro es sobre ellas; sobre cómo Marin se encontraba con los fragmentos de su propia historia, con los de los demás, con las nuevas revelaciones, con su soledad. Conforme pasa la historia se va armando el rompecabezas de por qué está tan frágil y todo le parece plagado de oscuridad, así como el misterio de la muerte de su abuelo con todas las historias detrás. En la novela, sin embargo, se encuentran otros temas como el autodescubrimiento, el amor, el apego a la familia y la valentía por seguir adelante a pesar del dolor. Cuando digo que me llegó muy profundo lo digo no solo por el estilo, sino por la manera tan sutil —y a la vez poderosa— de la autora al transmitir todas esas temáticas sin demasiado esfuerzo, solo con la voz de la adolescente: una voz hermosa, franca, transparente y directa. Sentí como si la historia me la contaran al oído.
Finalmente, considero que la conclusión que le dio LaCour a la historia fue sencillamente emocionante. Fue la mejor manera de agrupar todo el conjunto de emociones que encerraba a la protagonista y el mensaje propio de la historia: no dejarse arrastrar por el pasado y abrirle el corazón a las personas que están dispuestas a darnos su amor. La recomiendo efusivamente, en especial si buscan una historia fresca, emotiva y catártica, porque ésta es de las que llegan muy profundo.
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