Dos magos enfrentados por el destino compiten en un desafío mortal en El circo de la noche, el hipnótico best seller que ha capturado la imaginación del mundo entero.
El circo llega
sin avisar. No viene precedido
de ningún anuncio. De pronto está allí, donde hasta el día anterior no había
nada. Dentro de las carpas de rayas blancas y negras, se suceden eventos únicos
y deslumbrantes. Se llama Le Cirque des Rêves, el circo de los sueños, y solo
abre por las noches.
Pero, tras bambalinas, se desarrolla una feroz
rivalidad: un duelo entre dos jóvenes magos, Celia y Marco, que han sido
entrenados desde pequeños por sus instructores con este fin. Aunque no lo
saben, este es un juego en el que solo uno puede sobrevivir. A pesar de los
enormes riesgos, Celia y Marco pronto se enamoran y desencadenan una serie de
temibles consecuencias, que, con su efecto dominó, dejan las vidas de todos los
integrantes del circo, desde los artistas hasta sus dueños, pendiendo de un
hilo.
¡Hola, lectores! Bienvenidos a una reseña más de este blog. En esta ocasión, les platicaré de una de mis lecturas más emblemáticas del año pasado: El circo de la noche. Para ser preciso, esta novela la leí en diciembre (cerré el año con broche de oro) y no pudo ser más evocadora y perfecta para la época —aunque estoy seguro de que para cualquier temporada del año es asombrosa.
La
historia inicia con descripciones hermosas sobre los inicios de lo que años
después sería Le Cirque des Rêves, y de lo que años después serían Celia y
Marco. Amé sobremanera que la autora tuviera el detalle de narrar sus orígenes,
cómo pieza por pieza se iría constituyendo este magnífico espacio de ensueño,
así como sus protagonistas. En cuanto a estos últimos, puedo decir que
capturaron mi atención desde el primer instante. ¿Cómo llegaron a ser las
piezas clave de ese enfrentamiento tan colosal? Esas y más preguntas se van
desenvolviendo en escenarios espectrales y mágicos tanto evocados como reales (con
decir que se incluye hasta a Praga, pues este circo es internacional-evanescente-ambulante).
En
cuanto a la prosa, considero que es el mayor fuerte de este libro. La prosa de
Erin es alucinante de inicio a final, con una especial atención a los detalles
y una habilidad sensorial para envolverte de lleno con todo lo que describe. Es
una delicia en su totalidad; es de esas plumas con las que sabes desde la
primera línea que la autora tiene un encanto especial para contar historias y
adornarlas. De ahí que el circo sea todo un espectáculo que te entra por los
sentidos por cada uno de sus detalles y por su imaginería.
En
lo relativo a la acción, puede que se haya sentido en algunas partes que era
más lo descrito que los acontecimientos, pero esa parte no me molestó en
absoluto; Erin Morgenstern se tomó su tiempo para articular cada engranaje que
le daba movimiento a la novela, desembocando en un final épico, conmovedor y
magnífico.
Asimismo,
El circo de la noche también posee la
virtud de que todos sus personajes juegan un papel clave en la trama. Cada uno
aporta con sus historias, aspiraciones y anhelos a la vida del circo y a su
destino, de tal modo que te mantienes a la expectativa de sus próximos
movimientos porque cualquier paso en falso podría cambiar para siempre las
circunstancias de sus habitantes.
En conclusión, El circo de la noche es una historia magistral sobre un circo hipnotizante, sobre un duelo de proporciones desgarradoras entre dos magos y sobre la supervivencia. Con un estilo lleno de matices, Erin Morgenstern entreteje un espectáculo sensorial lleno de pasión y arte que te sublimará hasta la última página.
1 Comments
Me alegro de que te haya gustado tanto. Lo tengo pendiente desde hace mil y, aunque tenía mis recelos por lo del lenguaje poético y las descripciones, hace poco Viry me convenció totalmente.
ResponderEliminarUn saludo,
Laura.
¡Gracias por comentar!
Regreso todos los comentarios :), solo pido un poco de paciencia por los días de clases.
Recuerda comentar con respeto y sinceridad. Nada es más valioso para los dioses que un comentario con buena ortografía.
¡Saludos con Hermes!