Desde hace siglos, vampiros y licántropos
mantienen un pacto que protege a los humanos de un mundo de peligro y
oscuridad.
William es uno de ellos, un vampiro temible y
letal. El único de su especie inmune al sol. Ese don lo convierte en un ser
especial. En la esperanza que su raza necesita.
En la llave que los renegados persiguen para liberarse de su maldición.
Un pacto.
Un secreto.
Una venganza.
No es fácil librarse de las tinieblas cuando
forman parte de tu alma.
¡Hola, lectores! Espero que se encuentren muy
bien. En esta ocasión, les platicaré mi experiencia con el primer libro que leo
de María Martínez, una autora que he visto mucho por bookstagram con excelentes críticas.
Destino sigue la historia de Kate, una
humana, y de William, un vampiro con un don que lo hace particular, ya que es
inmune al sol como nadie en su tipo. Mientras se van conociendo, las tinieblas
los van rodeando. Por una parte, William tiene un pasado escabroso y su
peculiaridad pronto los irá poniendo en una diana por un grupo de renegados. Por
otra, Kate irá cavilando por qué él es renuente a mostrarse totalmente
transparente con ella mientras las tensiones se acrecientan y la verdad se va
deshebrando.
Como
podrán intuir, esta es una historia donde el romance se va hilando con una
cadencia minuciosa mientras la autora nos va presentando el mundo, la
convivencia de vampiros y licántropos y las historias individuales de los
personajes, donde la que más resalta es la de William, pues leer sobre su
naturaleza me pareció muy interesante y dramático, en el buen sentido. Sobre
Kate sí he de confesar que su personaje me dejó frío; me resultó demasiado
plana para que su rol protagónico sobresaliera. Espero que en las próximas
entregas podamos ver más de ella, pues siento que tenía un potencial para
llevar esta historia a otro nivel.
Sobre
la narración, me llevo una muy buena impresión de María Martínez. La
construcción de su prosa es precisa, ya que cuenta los detalles necesarios para
proyectar sus escenas de acción y de romance con sumo realismo. De igual
manera, su manejo de la tensión me mantuvo expectante durante todo el libro: no
hubo capítulo alguno donde las cosas se detuvieran, lo cual es muy disfrutable.
Sin
embargo, sí existieron algunos elementos que impidieron que Destino fuera una lectura notable. Entre
esos detalles se encuentra el poco aporte al género; tanto la historia de amor
como la construcción del mundo se sintieron poco innovadores, como si
estuvieran a la sombra de otros. Asimismo, estuve esperando desde el inicio
encontrarme con un final catártico y, siendo sincero, esas escenas también se
sintieron poco originales.
Fuera
de eso, la historia me parece recomendable si se sienten —como yo—movidos por
la nostalgia de tramas de vampiros y hombres lobo y si requieren de una lectura
ligera para pasar un buen rato. Ir con demasiadas expectativas puede arruinar
un poco el disfrute de la obra, pero la intriga constante y los momentos de
acción compensan en cada página.
¿Ustedes
siguen siendo fanáticos de este tipo de mundos? ¡Los leo en los comentarios!
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