Simone de Beauvoir.
Memorias de una joven formal (Autobiografía I)
Editorial Debolsillo.
366
páginas.
La autora va trazando las primeras etapas de un
aprendizaje: existir
sin concesiones a falsos ideales o autoengaños. Este primer tomo se
cierra con un gran encuentro: recién ingresada en la Sorbona, Simeone de
Beauvoir traba amistad con alguien a quien acaba de conocer: Jean Paul
Sartre, que dice. «A partir de ahora la tomo entre mis manos». Historia
de una conciencia que se revela en la libertad y en la «necesidad
aplastante», la autobiografía de Simone de Beauvoir es ante todo la
búsqueda de una existencia, es decir, en el tiempo como actualidad
concreta, en la suma de ambigüedades y contradicciones de lo que podría
llamarse «la opacidad de la empresa de vivir», que la literatura
transforma en transparencia, pues nadie se comprende a sí mismo sino a
través de los demás».
Completan la autobiografía «La fuerza de las cosas» y La plenitud de la
vida».
«Hay que hablar de fracaso, del escándalo, de la muerte, no para
desesperar a los lectores, sino al contrario, para intentar salvarlos de
la desesperación... Una desgracia que encuentra
palabras para decirse ya no es una exclusión radical. El lenguaje nos
reintegra a la comunidad humana».
cierra con un gran encuentro: recién ingresada en la Sorbona, Simeone de
Beauvoir traba amistad con alguien a quien acaba de conocer: Jean Paul
Sartre, que dice. «A partir de ahora la tomo entre mis manos». Historia
de una conciencia que se revela en la libertad y en la «necesidad
aplastante», la autobiografía de Simone de Beauvoir es ante todo la
búsqueda de una existencia, es decir, en el tiempo como actualidad
concreta, en la suma de ambigüedades y contradicciones de lo que podría
llamarse «la opacidad de la empresa de vivir», que la literatura
transforma en transparencia, pues nadie se comprende a sí mismo sino a
través de los demás».
Completan la autobiografía «La fuerza de las cosas» y La plenitud de la
vida».
«Hay que hablar de fracaso, del escándalo, de la muerte, no para
desesperar a los lectores, sino al contrario, para intentar salvarlos de
la desesperación... Una desgracia que encuentra
palabras para decirse ya no es una exclusión radical. El lenguaje nos
reintegra a la comunidad humana».
¡Hola, mestizos! Bienvenidos a una nueva reseña.
En este día tan especial para todos los lectores (#bookloversday) les quise traer esta recomendación tan especial y
tan peculiar, ya que es un género que casi no leo y de una de mis escritoras
francesas favoritas.
Mi
historia con Simone de Beauvoir comenzó de una forma inesperada. Hace poco
menos de un año fui invitado a una charla sobre una de sus novelas (La invitada) y a pesar de los deberes
escolares, acepté leer más de 500 páginas en menos de un mes y de que la
bibliotecaria de mi facultad convenciera a su jefe de prestármelo (ya que era de reserva.) Y no puedo
describir todo lo que La invitada movió
dentro de mí con ese triángulo amoroso y la hondura emocional/psicológica de
sus personajes, todos tocando fondo de una manera tan distinta y similar a la
vez. Desde entonces comenzó mi relación
de amor con esta increíble autora e intelectual (intensificándose más con su relación con Sartre).
Esta
primera parte de todo su compendio autobiográfico inicia desde su nacimiento
hasta la muerte de uno de sus humanos favoritos, ya entrada en su juventud. La
grandeza de este libro estriba en la forma de cómo se cuenta su vida. Simone de
Beauvoir es una narradora de lo insólito, de lo normal extrapolado a lo
sublime, de las tormentas existenciales y de las inquietudes del intelecto. Con
sus palabras fue, nuevamente, capaz de cautivarme con cada sentencia y de
plantearme cuestiones vitales sobre los turbulentos primeros años.
Temas
como la guerra, la familia, la educación, la amistad, la soledad y la feminidad
están
retratados con una melancolía muy particular e inconfundible que es capaz de
arrastrar al lector a las lágrimas y a los escalofríos.
A
pesar de que me hubiera gustado que hablara más sobre Sartre (ya que habla muy
poco de él porque apenas se conocen y esto se explora en los demás libros), Simone
de Beauvoir logró hacerme un hueco en la memoria sentimental que muy pocos
autores logran.
Espero
se animen a darle una oportunidad a este libro y, nuevamente, ¡feliz
#bookloversday!
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