“La vida en las ventanas” de Andrés Neuman. #SemanaPenguin #Hijodeletras



¡Hola, mestizos! Continuando con la #SemanaPenguin, este viernes les presento las mejores frases de La vida en las ventanas, libro escrito por el argentino Andrés Neuman.
A grandes rasgos, esta novela trata sobre un joven que escribe a una tal Marina de forma insistente y en formato de correos los sucesos más importantes de su vida; una relación muy subida de tono, la desintegración de su familia, sus pensamientos sobre la era digital, la soledad y la muerte, dejando como incógnita la verdadera identidad tanto del escritor como la destinataria-elemento que hasta la fecha continúa patente: ¿somos personas o entes tras las ventanas que solo se observan?-.
Primero que nada, debo decirles que la novela representó todo un reto emocional. Sí, es cierto que en planteamiento se parece mucho a Las ventajas de ser invisible, pero en lugar de cartas, aquí son correos, el lugar es Argentina y el existencialismo es mucho más crudo [por eso no lo recomiendo a menores de 18 años]. El vértigo que me ocasionó se debió al tratamiento de la virtualidad y su mezcla con la sexualidad. El narrador con sus divagaciones filosóficas se convierte en una especie de rastreador de los pensamientos que más tememos los adolescentes de la era moderna. Así, el relato me conquistó por su agudeza, profundidad y la naturalidad del narrador. Ah, y un ingrediente extra: la mención del ajedrez (la comparación con la condición humana fue perfecta).
Sin más preámbulo, aquí les dejo mis frases favoritas:
“Todavía me persigue la idea de que los caballos esperan el momento apropiado para vengarse de sus jinetes.”
“Cuántas más voces emergen, más parecen quedar dentro: las que sabías que vivían emboscadas ahí, algunas que sospechabas que existían, también otras que ni siquiera reconoces. Estas últimas son las que más gritan.”
“Las pollas se fabrican, mucho más fiables, en todos los materiales y colores. ¿Qué tenemos, entonces? Si yo fuera mujer me gustarían las mujeres. De hecho, quizá me gusten tanto las mujeres porque yo mismo quiera ser una mujer.”
“Escribir es un remedio para combatir las pesadillas, pero no para acabar con el insomnio.”
“Era como una pantalla blanca, lisa, inmóvil. Ocupaba el tamaño del mundo, el espacio íntegro de la conciencia.”
“A mí, no sé por qué, me daba la impresión de que no se morían bien…”
“Cuando se escribe para alguien que no está, se experimenta un vértigo similar, al de esos anuncios donde un coche vacío atraviesa un paisaje: así, sin conductor, nos va paseando el tiempo.”
“Mi nieto es un niño muy observador. Presta gran atención a todo lo que le enseñan. […] Te ruego que lo prepares para el dolor.”
Hasta aquí mi entrada de hoy, mestizos. ¿Les llama la atención el libro? ¿Ustedes también escriben correos de este tipo? (Por los pelos de Hillary, espero que los míos estén a salvo ;_;)
P.D.: Esperen mañana mi top 10 de mejores y peores lecturas.
¡SALUDOS CON HERMES!




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